
Casi cuatro meses después de su acondicionamiento, el abrevadero se encuentra lleno de agua, casi hasta el borde, y con una buena cobertura interior de vegetación, principalmente algas.

La nevada de estos días ha dejado un paisaje de ensueño, permitiendo observar las huellas de distintas especies, algunas de ellas de difícil observación. Varios rastros de perdiz roja, jabalí, garduña y gineta fueron observados en las inmediaciones del abrevadero, mostrando el valor que puede tener este punto de agua para la fauna cuando llegue el estío.
Será entonces cuando volvamos a visitarla, para comprobar su estado de conservación y la presencia de especies dentro y en el entorno del “revivido” abrevadero de Fuente Perona.